El otro día leí un artículo de una blogger a la que sigo y de manera inmediata me sentí muy identificada. El post trataba del «servicio» que hacía a familiares, amigos y colegas que siempre llamaban para preguntarle por un lugar tres chic para quedar con una cita y degustar platos a medias, dónde comer de miedo para impresionar al jefe o celebrar una reunión familiar donde hubiera espacio para mayores y pequeños…
Eso me ocurre a mi. Exactamente igual! Por eso me he lanzado a escribir de lo mismo. Esos sitios que tienes perfectamente ubicados y con los que de sobra vas a quedar bien aunque como dice bien mi querida compi de blogs, «no quiero después queja alguna»… ok?
«He quedado con mis amigas del colegio y necesito un lugar bonito, donde podamos quedarnos a tomar una copita y que el precio sea para todos los gustos? » Elisabeth, escritora que ha venido desde lejos solo para reencontrarse con sus colegas de juventud.
Marengo Bar & Deli es el local en Zaragoza que en estos momentos reúne todos estas características. Porque puedes pedir raciones para compartir ya que es la filosofía del local, con vinos capricho a precios por debajo del mercado y después el equipo de barmans te hagan un Ginger (creado por Carlos), algo exclusivo del establecimiento y que consiste en un gin tonic sin el amargor de la tónica: Ginebra de Puerto De Indias, Ginger Ale, lima y menta natural.
¿Para compartir mientras compartis recuerdos? Un sofisticado nicho de patatas bravas (4,75€) en honor a las que comíais en el barucho de enfrente del instituto; una tempura de hortalizas y langostinos (5,50€) donde se ve vuestro gusto por lo gastro, y el arroz cremoso de hongos y trufa (6,25€). Vino Juan Gil, un Jumilla de 12 meses que te dejará los ojos en blanco o Garnacha Centenaria de Campo de Borja. Además como dispones de WIFI gratuita podréis buscar antiguos amores en facebook mientras tomáis el postre!.
«He acabado dos entrevistas de trabajo y tengo una más a las 16 horas… y necesito comer algo ligero en un sitio tranquilo y muy chic» Pris, cansada de un trabajo gris (uy si rima…) en Barcelona, con experiencia de ejecutiva y personalidad de superwoman, ha decidido dar un giro a su vida y vuelve a casa porque en realidad es una supermeláncolica.
Dolce Vita es un concepto de panadería pastelería gourmet que en dos de sus locales (San Miguel y Alfonso) disponen de una zona de relax para poder comer en medio de una decoración llena de energía. Cualquiera de las ensaladas y una crèpe de espinacas, queso, bechamel y pasas es un menú rapido redondo. Para postre un capuchino y un trozo de tarta de zanahoria. Y si te apetece cultivarte mientras comes, pregunta al personal sobre la amplia variedad de panes y que diferencias hay entre unos y otros.
«Estoy en el descanso del partido y acabamos sobre las 23:30. Necesito un sitio que no sea una máquina de vending donde cenar en plan bien y tomarnos una copita; ah vamos todos los de la radio 😉 « Luis, periodista deportivo, acostumbraba a cenar en un lugar donde daban tarde pero a precio de oro y ahora los medios no están para grandes dietas.
Casino de Zaragoza, es el único restaurante que tiene abierta su cocina hasta las 02:00 de la mañana y snacks y platos simples hasta las 04:00 horas.
En un entorno singular con una carta con muy buena materia prima y muy buenos precios. Las copas como servicio del establecimiento rozan los precios de coste. Para compartir paletilla ibérica con tostas de pan con tomate (12€) y de segundo, bacalao gratinado con alioli ahumado y patata al mortero con aceite de oliva arbequina (14€)
«Por fin voy a tener esa cita como Dios manda y viene desde Castellón para ello … llevo toda la semana pensando en qué ponerme y falta un día y no se dónde vamos a cenar. Tiene que ser un sitio que enganche, con contenido, y que la iluminación sea perfecta para el amor.» Marta, cantante, por fin esa cita con su chico «10».
La Bocca Mediterranean Deli. Si hay algo que nos está costando en España y más en Zaragoza es apagar la luz mientras comemos. Seguimos con la idea de ver bien lo que se come y cuanto se come y malditas sean las luces blancas y flourescentes que reavivan la ojeras y tiran a la basura horas de alisamiento y alineamiento facial. La luz de La Bocca, en su «patio» acoge y recoge, en ese entorno tan ecléptico, que da conversación cuando su mirada te sonroja y su gran variedad de platos te transportan por la cocina mediterránea dando juego para hablar de viajes y sueños.
Para compartir crema de humus con aceite de oliva y tostas (5,25€), pulpo braseado y ahumado sobre crema de patata (9,75€) y uno de los platos estrella y risoto negro con calamar y ali oli de Albahaca (6,25€) para los más pudorosos, el ali oli es muy muy suave. Para beber, un Enate Chardonnay 234.
«Este fin de semana subo a Zaragoza y quiero llevar a mis padres y a mi hermana que también viene con los niños a comer. Son dos niños. En edad de jugar. Jugar mucho y mucho rato» Javier, directivo en una multinacional de moda en Madrid, acostumbrado a los sitios más chic de la capital.
¿Qué tal El Juncar?. Brasa de verdad, con cepas y leña. Una variedad de materia prima en su máxima expresión al fuego, con raciones contundentes y zona de juegos, para niños. Un salón privado con todos tipo de juegos y juguetes para tenerlos entrenidos. Además cuenta con productos de temporada como los calçots. El entrecot estilo bilbaino para los estómagos valientes y un servicio cercano. El precio perfecto para que no se te corte la digestión.
«Al acabar la reunión el jefe ha preguntado donde le llevábamos a comer. Silencio total mientras todos me miraban a mi, y yo he pensado en ti. ¿Qué me dices?». Belén, responsable de ventas de la zona norte de una multinacional farmacéutica.
Para unos huevos rotos con carabineros. unas setas que en muchas ocasiones las recoge el propio equipo y una amabilidad extraordinaria, Azarina Fussion y Pedro Ruiz, que te va a hacer sentir delante del jefe que eres dueñ@ del mundo. y de paso que pruebe un torreznito de lo que te quitan el hipo.
Tengo unos cuantos más, pero esos me los guardo para mi… o quizás si me lo pedís os lo cuento.
Me despido al igual que lo hacía mi cicerone literaria: todas mis recomendaciones son desde el corazón y mi criterio personal. Estoy encantada de seguir haciéndolo, pero por favor, que me pidáis el teléfono como si fuera el 11888 o que reserve por vosotr@s siendo Google más listo que yo, eso ya es un añadido que no va en este servicio 😉
Totalmente identificada contigo. A mi me pasa los mismo desde hace años!!